Hace tiempo ví este cierre casero y hoy me gustaría compartirlo con todos vosotros.
Personalmente, los alambres que vienen en el pan de molde o los nuditos en las bolsas no me resultan útiles por el tiempo que empleo en abrirlos; y las pinzas de la ropa se me terminan desmontando.
Por eso os propongo que cuando acabéis una botella de vino le quitéis el corcho, lo cortéis un poquito y lo utilicéis de pinza. Daréis una segunda vida al cocho y es un método muy económico para que vuestros alimentos no sepan a rancio.
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